Destino final: lazos de sangre es la nueva película de una saga que comenzó hace 25 años y que a pesar de que pasó casi una década y media desde la última, sigue viva (lo cual es paradójico).
Esta sexta de la saga de terror sobrenatural está dirigida por Zach Lipovsky y Adam Stein, y el guion es de Guy Busick y Lori Evans Taylor.

La trama de Destino final: lazos de sangre gira en torno a Stefanie, una estudiante universitaria atormentada por una pesadilla recurrente en la que su familia es asesinada. Buscando ayuda, regresa a casa para encontrar a la única persona que puede romper el ciclo de muerte que los amenaza.
Uno de los personajes que reaparece es William Bludworth, que además viene a develar secretos importantes. “Cuando Tony llegó por primera vez al set hubo un silencio que envolvió a todo el elenco y el equipo. Tener a esta figura legendaria y verla retomar su papel como Bludworth le dio una gravedad increíble al personaje”, aseguró Adam Stein.
“Esta es una de las pocas películas a las que pude regresar más de una vez”, dice Tony Todd. “Cuanto más interpretas a un personaje, más lo comprendes. Y me encanta Bloodworth. Tiene una personalidad muy interesante y enigmática”.

El regreso de Bludworth a Destino final
Muchos han preguntado, ¿quién es? ¿Es un ángel? ¿Es un diablo? ¿Quién es este tipo? ¿La muerte misma? Con esas palabras, los directores pretenden desviar un poco el foco, pero sí confiesan que en Destino final: lazos de sangre fueron por un camino distinto.
“Siempre evitamos responder la pregunta, porque es agradable dejarlo como un misterio, pero escuchamos a los fans y en este filme respondemos algunas preguntas. ¿Quién es? ¿De dónde viene? Y cómo está todo conectado con la franquicia”, asegura el productor Craig Perry.
“Bloodwork pasa el 80% de su vida en una morgue. Está acostumbrado a la muerte, a las extrañas ocurrencias y a lo paranormal”, dice Todd sobre el personaje. “Siempre ha estado interesado en la razón por la que repetimos el ciclo”.
