Inolvidable película La guerra de Los Roses, comedia trágica dirigida por Danny De Vito que se estrenó a fines de la década de 1980. Merecía una actualización, porque las ambiciones modernas y las presiones sociales cambiaron, aunque los conflictos de fondo se parezcan. Los Roses es la reversión que dirige Jay Roach, con guion de Tony McNamara.
Es una reinterpretación que también pone el foco en un matrimonio como campo de batalla. Los Roses quiere refrescar la premisa con una mirada ácida y contemporánea, protagonizada por Benedict Cumberbatch y Olivia Colman, en los roles icónicos que 30 años atrás tomaron Michael Douglas y Kathleen Turner, sobre un divorcio feroz convertido en guerra total.

En esta versión, Ivy (Colman) es una talentosa chef que comienza a brillar en la escena gastronómica, y Theo (Cumberbatch) un arquitecto en ascenso. Su historia de amor, marcada por la pasión inicial y los sueños compartidos, parece sólida hasta que una serie de giros profesionales y personales derrumban la fachada.
Lo que empieza como un juego de ironías y bromas pronto escala en resentimientos, reproches y una competencia feroz donde ninguno está dispuesto a ceder.
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“Lo interesante es cómo el lenguaje del amor se distorsiona”, dice Jay Roach (La familia de mi novio). “A veces, las parejas se fortalecen cuando pueden bromear en momentos incómodos. Pero en este caso, esas bromas se transforman en ataques frontales. Y es difícil percibir la diferencia hasta que ya es demasiado tarde”.
Una guerra moderna
El guion está firmado por Tony McNamara, responsable de la sátira Pobres criaturas. Su estilo es ácido, hilarante y, a la vez, dolorosamente real. “Nadie escribe como Tony”, dice Cumberbatch. “Es un guion que te hace reír a carcajadas con situaciones completamente reprobables. Es divertido, ingenioso y muy creativo”.
Olivia Colman coincide: “Tony tiene un humor seco y anárquico. Te hace olvidar por un momento que detrás de cada broma hay una emoción intensa. Cuando menos lo esperás, te rompe el corazón”.

La gran diferencia con el clásico de 1989 es el contexto. McNamara sitúa la acción en un presente dominado por la ambición, el individualismo y las presiones sociales por mostrarse exitoso. “Hoy las fuerzas que desgarran un matrimonio son distintas”, reflexiona la productora Leah Clarke. “La búsqueda de la perfección, el deseo de reconocimiento, la presión de ser vistos como triunfadores… todo eso pesa en una relación de pareja”.
El propio McNamara añade: “En los 60 o 70 la vida era un poco más sencilla. Bastaba con tener una familia y estabilidad. Hoy, el sistema capitalista empuja a las personas a compararse, a destacarse. Y eso no siempre es lo mejor para un matrimonio feliz”.
El origen de “Los Roses”
La idea de revivir La guerra de los Roses surgió en una reunión entre Roach, los productores Adam Ackland, Ed Sinclair y Tom Carver, y los propios protagonistas, que también ejercen como productores ejecutivos. “La película original es brillante, pero pertenece a otra época”, recordó Ackland. “Teníamos claro que esto no podía ser un remake: debía ser una reinvención total”.
Roach se involucró de lleno en la propuesta. “Las películas, para mí, tienen que ser personales. De lo contrario, no sé cómo comprometerme con ellas. Y con Los Roses encontré muchos paralelismos con mi vida”, confesó el director, que lleva más de tres décadas casado con la cantante Susanna Hoffs.
“Tuve relaciones que no funcionaron y que fueron devastadoras. Pero también sé lo que significa construir un vínculo duradero en un contexto creativo. Todo eso está en la película”.

El duelo actoral
La fuerza de Los Roses se apoya en la química de sus protagonistas. Es la primera vez que Olivia Colman y Benedict Cumberbatch comparten pantalla grande, y ambos celebran la experiencia. “Theo e Ivy son reconocibles para cualquiera”, dijo Cumberbatch. “Todas las parejas, en cualquier etapa de su relación, van a ver algo de sí mismas reflejado. Esperemos que no demasiado, claro… porque es una historia con moraleja”.
Colman, por su parte, subraya el costado trágico de la trama: “Al principio la relación parece una comedia romántica, pero poco a poco se oscurece. Lo que me atrajo es que la película no edulcora nada: muestra la complejidad humana, lo hermoso y lo feo al mismo tiempo”.
El elenco se completa con Andy Samberg, Allison Janney y Zoë Chao, quienes aportan frescura y comicidad a la historia. Samberg, fan declarado de Roach, calificó la experiencia como un sueño cumplido: “Jay dirigió algunas de las comedias que marcaron mi infancia. Trabajar con él fue increíble”.
Entre la risa y la tragedia
La película transita un delicado equilibrio entre humor y drama, una característica distintiva de la filmografía de Roach. “Esta es una película con momentos muy divertidos, pero en el fondo es una tragedia casi shakespeariana”, señaló el director. “Desde el principio uno siente que la pareja está destinada al fracaso, incluso cuando todavía parecen enamorados”.
La actriz Zoë Chao resume el espíritu del filme: “Lo que hace especial a Los Roses es su compromiso con la verdad. No teme mostrar las contradicciones de una relación en 3D, con toda su gloria y su fealdad. Es perturbador, triste y divertido a la vez”.
Una historia con moraleja
Los Roses busca más que entretener. Explora cómo las relaciones se desgastan bajo las presiones de un mundo que exige éxito constante. Entre carcajadas y tensiones, expone el frágil equilibrio entre amor, ambición y resiliencia.
“En rigor, trata sobre dos personas que se aman, pero son disfuncionales por naturaleza”, sintetizó Cumberbatch. “Entre el juego y la diversión, hay algo profundamente desgarrador”.